Quiero ser una persona triste, un ser reprochable de
actitudes no gratas, algunas personas quieren ser astronautas u obtener el
reconocimiento de mucha gente; actualmente mis sueños no van más allá de
mi cuarto con un foco que sirva pues el que tengo parpadea demasiado, y tener
todas las noches una cerveza para relajarme y, tranquilamente, criticar a secas cualquier libro que este leyendo solo por el hecho de que yo jamás
seré publicado, al parecer a las personas ya no les interesan las historias de
violencia cruda y sexo sin medida, Hollywood nos ha dejado sin empleo.
En realidad sueño con que la gente me vea y se ponga triste,
de hecho esa es la meta que me he planteado, tanto me esfuerzo que he dejado de
dormir, cuento los días marcándolos en mi pared, cuando puedes ser un
desempleado toda tu vida debes aprovecharla y el transformarme en una persona
verdaderamente triste parece un motivo por el cual no morir.
Deje la escuela, cada trabajo que obtengo lo hago solo con
el fin de mentarle la madre al jefe, gritarles a todos que sean libres, salir
corriendo mientras lloro, que algún compañero
me llame y se interese en mí solo para que yo le invente la más triste
historia que un hombre pueda vivir y 6 meses más tarde se dé cuenta que soy el
hijo de puta más grande que existe, y pensar que se interesó en un ser
humano como yo, no lo puedo evitar mis esfuerzos dan fruto y es ahí donde me
doy cuenta que estoy haciéndolo todo mal, incluso cuando el compañero de
trabajo me grita las mil verdades de mi existencia y sale tras un portazo, no puedo evitar
carcajearme a morir, no estoy triste, he buscado la tristeza y lo que halle es
felicidad eso me convierte en el más grande perdedor del mundo, “no está mal
pero tampoco está de puta madre”
El otro día, me acerque a uno de esos asquerosos lugares de
comida rápida por un plástico helado de vainilla, me he subordinado a la idea
que ser un perdedor es mi más grande logro, acabe con el helado y camine por el
centro de la ciudad como suelo hacer de vez en vez, la gente siempre mira mi
rostro, yo pienso que se cuestionan si uso maquillaje o son en verdad mis
ojeras y recuerdo que hace unos 10 años que duermo 5 horas por semana, deberían
observar el mundo con un litro de cafeína en sus venas, hacen que Slim sea un
imbécil comparado con mi gran habilidad para fallar.
En los ratos que paso
en mi hogar siempre estoy llorando, lo desarrolle como un habito estúpido para
creérmela de persona triste, desespero, le subo a lo único que permanece como
recordatorio del mundo exterior en mi hogar que es la tele con las noticias
locales que, ¡como mienten los bastardos!, pero a una persona como yo no se lo
cojen con esos cuentos baratos, hacer llorar a un pasante del hospital civil
solo se logra con los cojones bien puestos y una red de mentiras que te
carcomen, seré bueno para eso de mentir pero al final de cuentas también he
perdido en eso que considero mi único arte pues le vendo mis mejores historias
al periódico amarillista local, la gente lo cree siempre, al igual que esas
historias políticas que he desarrollado, que estúpidos son todos, viven un
régimen de control diseñado por el loco desgraciado de la ciudad y no se dan
cuenta, hasta celebran cuando hago un cambio insignificante en las cosas. Hace
tres días me demostraron que no soy el más grande perdedor mientras ellos sigan
creyendo las mierda que he creado para controlarlos, todos esos impuestos, otra
carcajada, ya me arte, nada puedo hacer
mal.
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